La geología de Caracas y La Guaira: la configuración de una identidad cultural

Vicente Quintero
29 min readMar 28, 2019

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Ya en el siglo XIX, Humboldt había advertido el posible origen lacustrino del sitio en el que fue fundada la ciudad de Caracas. ¿Por qué los indígenas que habitaban el territorio que hoy conocemos como Venezuela le tenían miedo al área central de Caracas? ¿Es posible que una tragedia como la de Vargas se repita en Caracas? En 1892, cuando entraron las tropas de Joaquín Crespo a Caracas, el Guaire salió de su cauce y las aguas llegaron por el norte donde hoy está la iglesia de Santa Teresa. Según Oscar Yanes, los cronistas de la época afirmaron que Caracas se convirtió en un lago.

Por el nivel freático del terreno, las aceras del Parque Los Caobos en Caracas (otrora Parque Sucre) fueron hechas con baldosas pequeñas, con el fin de que estas puedan soportar un ciclo de intensas lluvias/crecimiento de quebradas.

La ciudad del agua

De oeste a este, el área central de Caracas es atravesada por más de 350 ríos y quebradas, muchas de ellas provenientes del Ávila (Waraira Repano). Veinte de estos ríos y quebradas son los que presentan la mayor vulnerabilidad. La mayoría de estos cursos de agua han sido intervenidos y embaulados, dando paso a un otrora moderno y complejo sistema de aguas subterráneas. Durante mucho tiempo, esta condición se presentó como un obstáculo para la extensión de la ciudad. Una de las más problemáticas fue Quebrada Honda, todavía al extremo Este de la ciudad formal en las primeras décadas del siglo XX. “Combinada con las de Canoa y Maripérez, significó por mucho tiempo un duro obstáculo para la expansión de la ciudad hacia el Este” (Rafael Valery, 1978).

En 1980, el valle de Caracas fue definido desde el punto de vista morfotectónico como un graben asimétrico, limitado por fallas de rumbo este-oeste, pronunciadas al norte y menos conspicuas al sur, en el que se intercalan sedimentos de abanicos aluviales morfoclimáticos, depósitos lacustres y fluviales. El valle de Caracas presenta dos terrazas escalonadas, que al nivelarse formaron ciénagas que por mucho tiempo limitaron el esarrollo urbano de la ciudad. Dos de estas ciénagas se formaron al oeste de la Plaza La Candelaria y la otra al este de la Hoyada de San Lázaro.

En los actuales sectores Maripérez, Los Caobos, Sabana Grande, La Florida, Caracas Country Club, Las Delicias, El Rosal, Chacao, Los Palos Grandes, Los Chorros, Sebucán, El Marqués, La Urbina y Petare, se ha reportado la presencia de cuencas lacustres, fluviales y ciénagas extendidas, en áreas que actualmente corresponderían. A partir de la capa de humus existente desde el Teatro Municipal de Caracas hasta las orillas del río Guaire, se ha logrado evidenciar la presencia de vegas y pantanos en el siglo XVI, en los alrededores del río anteriormente mencionado. Es posible que el valle de Caracas haya podido ser antiguamente un lago interior, antes que el río Guaire se abriera paso en dirección este, cerca de Caurimare. Esa era la teoría de Humboldt, cuando estuvo de paso por Venezuela.

A inicios del siglo XX, en Caracas todavía se observaban pozos de agua de lluvia y profundas lagunas en diversos lugares de Caracas, como en los alrededores de la esquina de San Luis (parroquia San José) y en lo que ahora es la urbanización Los Chorros. La zona de Los Palos Grandes, que le debe su nombre a los dos grandes árboles (mijaos, nacardium excelsum) que allí estaban antes de llegar al sitio de Los Dos Caminos, es recordada como una inmensa red de quebradas y ríos, con abundante vegetación y árboles de mango. Con el paso del tiempo, estos espacios lacustres fueron drenados e intervenidos, lo que permitió edificar en zonas de antiguos lechos de lagunas y pantanos. Aún así, es recurrente la formación de lagunas en El Rosal, San Bernardino, Altamira, Macaracuay, la Avenida Principal de Las Mercedes, la Avenida México, Plaza Venezuela, la Avenida Francisco de Miranda, la Plaza Luis Brión, Petare, la Avenida Urdaneta, y la Avenida Libertador, por colapso o sobresaturación de los drenajes urbanos, después de fuertes precipitaciones.

Las inundaciones eran parte de la vida del caraqueño de antaño. Es posible incluso viajar más atrás en el tiempo: los indígenas que habitaron las tierras que hoy son parte del área metropolitana de Caracas le tenían miedo al sector donde los españoles decidieron establecer formalmente la ciudad. Las leyendas orales de las comunidades indígenas asentadas en los alrededores de Caracas hablan de tragedias en donde familias enteras habían quedado sepultadas, como consecuencia de las lluvias y los movimientos de tierra.

Gerardo Rojas Benavides: “La expansión necesaria de Caracas tendría que salir de aquel primitivo cuadrilátero, su primer reto de crecimiento, estaba cercada por los ríos y quebradas en la que se había mantenido prácticamente desde su fundación.”

Depósitos lacustres Q1 interestratificados con plumas de laterita coluvionada del estribo rocoso del esquisto Las Mercedes. Extraído de Oropeza & Zambrano.

Desde Catia hasta Terrazas del Ávila, los terrenos de las áreas norte y centro de Caracas se formaron a raíz de estos movimientos de tierra. Una buena parte de los suelos del área central metropolitana de Caracas son de tipo lacustre, arcilloso y/o arenoso, es decir, son terrenos de calidad regular. En los casos de Altamira, La Castellana Los Palos Grandes y San Bernardino, el tipo de terreno es suelo de relleno, el de peor calidad. De ninguna forma, esto impide la futura construcción de rascacielos, pero sí encarece los costos y exige un estricto seguimiento de un proyecto de microzonificación sísmica, con el fin de evitar el colapso de las estructuras en caso de sismos o aludes torrenciales.

“Ni una gota de agua había caído en Caracas y en 90 leguas a la redonda, en los cincos meses que precedieron a la ruina de la capital. El 26 de marzo fue un día cálido en extremo. El aire estaba en calma y el cielo sin nubes”, dijo Alexander Von Humboldt sobre el terremoto de 1812 — que había tenido un precedente en diciembre de 1811 — , que acabó prácticamente con toda la ciudad y dejó un gran saldo de víctimas. Según Humboldt, la baja incidencia de precipitaciones y tormentas era un factor antecedente de los sismos. Sin embargo, más allá de lo interesante que resulte esta anécdota, todavía dos siglos después de la catástrofe de 1812, los científicos no pueden predecir los sismos.

“El valle de Caracas es un gigantesco deslave [deslizamientos de tierra y avalanchas de escombros provenientes del Ávila] en el cual los indígenas no hacían ningún campamento porque [los derrumbes y aludes de barro provenientes de] la montaña le había[n] destruido dos campamentos grandes. Uno de ellos estuvo ubicado en el terreno de la Galería de Arte Nacional, donde cayó un aluvión de por lo menos 12 metros de altura. Cuando llegaron los españoles, los indígenas estaban establecidos en las colinas del sur de Caracas. Los indígenas decían que la montaña se cae.” — Carlos Gómez de Llarena, en entrevista con Marcos Kirschstein y Vicente Quintero

Paleocanal de edad Q0, con mesa de agua emperchada de la sección D-E de Zona Rental de la UCV. Extraído de Oropeza & Zambrano.

El área central de Caracas, rodeada del Ávila al norte y de colinas al sur, era un espacio idóneo para la acumulación de agua. Hoy en día, incluso después de las intervenciones urbanísticas realizadas en las colinas del sur y del embaulamiento de los más importantes ríos y quebradas, el centro del semi-graben de Caracas se sigue inundando de vez en cuando, si bien no en las mismas proporciones de hace décadas.

“Desafiando las tumultuosas aguas del Guaire, luchando a brazo partido contra la tormentosa corriente, el agente policial número 543, de nombre Genaro Hernández Regalado, logró rescatar a quince niños y cuatro ancianas que estaban a punto de ahogarse. Este audaz salvamento, que no tiene precedentes en nuestra historia, se registró ayer bajo el Puente Restaurador, donde habitaban unas quinientas personas. Regalado pidió permiso a un oficial y se lanzó de cabeza al río para tratar de salvar al mayor número de personas. El valiente agente tiró un mecate y sujetó una de de sus puntas de un automóvil, mientras la otra la anudaba de un grueso árbol. De esta manera salvó a los 19 inocentes”.Últimas Noticias, sobre las lluvias de 1949

En 1949, tuvo lugar en nuestra ciudad uno de los desastres hidráulicos más importantes del siglo XX. Las lluvias que comenzaron el día jueves 3 de noviembre no terminarían sino varios después, aún cuando esa era época de “sequía”. El río Guaire creció tanto que se llevó todo lo que había a su paso; el dramático saldo de la tragedia fue: 8 muertos, 100 desaparecidos, 600 damnificados, centenas de casas de la clase media anegadas, 1000 ranchos arrasados y pérdidas por Bs. 40 millones, según estimaciones de Carmelo Urso.

Contribución de Gilbson Ponce, vía Twitter, 1949.

El Hipódromo Nacional, ubicado en la Urbanización El Paraíso, fue una de las infraestructuras que más daño sufrió. Más de mil equinos perecieron al inundarse las caballerizas. (…)

36 mujeres embarazadas, pacientes de la Maternidad “Concepción Palacios”, estuvieron a punto de perder sus vidas a manos de las aguas desbordadas. Sin embargo, valientes oficiales del ejército, junto a enfermeros, galenos y empleados del INOS, salvaron de una muerte segura a las futuras madres de la República.

Los archivos de la Jefatura Civil de San Agustín del Sur se salvaron de manera increíble, ya que en esta zona, el barro alcanzó medio metro de altura.

Un ciudadano se hizo famoso, al nadar más de diez cuadras y ser sacado de las aguas a la altura del Puente República, en La Candelaria. En la Urbanización Las Fuentes, trabajadoras sexuales salieron a la calle con atrevidos atuendos de playa, preparadas para un eventual chapuzón en las inundadas calles convertidas en ríos. Los reporteros gráficos de Últimas Noticias y otros diarios de circulación nacional no perdieron oportunidad para retratarlas.

Los muros que embaulaban el río Guaire fueron dinamitados para ser reconstruidos. Una campaña de vacunación, para prevenir epidemias, fue desarrollada por el gobierno. Los cuerpos de seguridad del Estado detuvieron a 35 personas “por cometer actos de raterismo”. Sin embargo, no hubo mayores desórdenes en la Ciudad de Caracas, pese a haberse registrado, según los diarios de la época, “el mayor desastre ocurrido en los últimos años”. — Carmelo Urso

Acueducto de Caracas (desde El Calvario hasta Macarao), extraído de Centeno Grau. Antes de 1917.
Acueducto de Caracas, sección Cotiza (1917, Centeno Graü)
Acueducto de Caracas, sección Cotiza (1917, Centeno Graü)

En Caracas las crecidas del Guaire han sido sinónimo de muerte y catástrofe, a lo largo de nuestra historia. Para nuestra fortuna, los trabajos realizados en el sector dificultan que una crecida del Guaire inunde la ciudad como en los viejos tiempos. Pero el pobre mantenimiento de los drenajes y el muy estrecho punto final del Guaire en Petare sugieren que los riesgos hidráulicos de Caracas siguen latentes y deben ser atendidos. A la altura de Petare, es muy común que el río Guaire colapse y se desborde; la longitud del espacio es sumamente angosta. Desde hace algún tiempo se ha planteado la construcción de un túnel que se extienda desde algún punto del Este de Caracas, como la Urbina, hasta el Mar Caribe. “ Si el río se tapona, se empieza a inundar todo el valle de Caracas, porque la única salida que tiene el valle es esta”, dice Carlos Gómez de Llarena.

Desborde del Río Guaire. Extraído de Reportero 24.

Alfredo Cilento refiere que en el terremoto de 1967 se cayeron 4 edificios en Altamira y Los Palos Grandes, ni siquiera porque estuvieran mal construidos, sino mal diseñados. En esa zona hace cientos de años hubo un lago, que se fue llenando por los sucesivos deslaves del Ávila. Hay hasta 300 metros de relleno compactado, pero a la hora de un sismo sigue siendo vulnerable, porque se presenta lo que se denomina fenómeno de licuefacción: el suelo se comporta como arena mojada y la onda sísmica se amplía. Encima, si el periodo de oscilación coincide con el movimiento sísmico, entra en resonancia, se acelera la oscilación y el edificio se cae. Lo mismo podría suceder en San Bernardino y Catia donde también hubo lagunas. Mansión Charaima, el edificio en el litoral cuyos pisos más altos también se desplomaron, tenía un defecto estructural que fue obviado: fue construida en dos etapas. Los últimos pisos fueron agregados tiempo después de que el edificio fue construido. En el litoral, los hierros a la vista, por más que se hubieran protegido, se oxidaron por el salitre, igualmente el concreto, que sufrió por el medio ambiente salino. Cuando continuaron las construcciones de los pisos siguientes, no se tomaron las precauciones técnicas y por eso se derrumbaron. — Carolina Jaimes Branger, en un artículo publicado por EPMUNDO en 2017

Según Izakus Landa, el acueducto de Caracas databa del período colonial y constaba de dos sistemas separados, que nacían desde la toma en la quebrada de Catuche. El terremoto de 1812 destruyó parte de las tuberías de barro cocido del acueducto y desde ese momento se agravaron los problemas de escasez de agua, a pesar de la disminución de la población.

En 1847 un deslave destruyó parte del acueducto, y su mayor consecuencia fue la sustitución de la cañería a cielo abierto por dos grandes tuberías de hierro, desde la toma hasta el estanque y posiblemente hasta la caja. — Izaskus Landa

La identidad cultural del caraqueño y las relaciones políticas que emanan de su entorno geográfico

Torre Europa y el Caracas Country Club, Chacaíto-El Rosal. La quebrada Chacaíto como el punto central que divide en oeste y este a la urbanización más lujosa de toda Venezuela. Una parte de la urbanización se encuentra en la Parroquia Chacao del Estado Miranda (Mun. Chacao) y la Parroquia El Recreo del Distrito Capital (Mun. Libertador). Archivo de Carlos Gómez de Llarena.

Dicen que al General Gómez no le gustaba Caracas porque era una ciudad estratégicamente pobre: cerrando Tazón, Guarenas y la vía hacia La Guaira, queda aislada. Dice Páez Pumar que todas las rutas de acceso a la capital están asociadas a fallas sísmicas: si ocurre un terremoto, por ejemplo, la Autopista Caracas-La Guaira colapsaría en sus dos primeros kilómetros porque los monopilotes colocados allí son transitorios y se necesita mayor estabilización para que la solución sea definitiva. — Carolina Jaimes Branger

“La ciudad, más que la misma naturaleza, es el mundo del hombre. No se hizo el hombre para la ciudad, sino la ciudad para el hombre”. La ciudad forma parte de nuestra identidad y en ella nos desarrollamos con mayor plenitud. Conocerla es importante porque ella imprime en nosotros su carácter particular. La ciudad es nuestra historia cultural, social, espiritual, material y política.

La particular geografía de Caracas es de gran interés para sociólogos, antropólogos, historiadores y politólogos, dado que el entorno es una de las variables que influye en las condiciones de desarrollo de una comunidad. Del entorno emana una cosmovisión y una jerarquía impuesta por las necesidades y potencialidades del mismo. Desde los tempranos procesos fundacionales, el ambiente juega un papel en el desarrollo de las urbes.

En este contexto, las quebradas y los ríos se convirtieron en símbolo de estatus en Caracas. El desarrollo de los vecindarios de Caracas, en cierta medida, dependió de la preservación de los caudales de las quebradas y el buen mantenimiento de los dispositivos asociados a la distribución urbana del agua: estanques, cañerías, pilas y acueductos. La Iglesia Católica y la Corona Española dictaron ordenanzas que regulaban el abastecimiento de agua y prohibían las prácticas que pudieran afectarlo, tales como la tala de árboles.

Los más pobres, los leprosos y los de menor rango social, vivían en viviendas improvisadas, ubicadas en las adyacencias de los ríos y quebradas. Así lo evidencian, por ejemplo, las viviendas que existieron en las orillas de la quebrada Caroata en Caracas. Una realidad que todavía nos es familiar: muchas de las barriadas populares de Caracas se asentaron en los alrededores de ríos y quebradas: Cotiza, Pajaritos, El Pedregal, Chapellín, Hoyo de Las Delicias, Pinto Salinas, entre otras. Según Pedro Arcaya, en su libro El Cabildo de Caracas: “Las ciudades, villas o pueblos no pasaban de ser un grupo de casuchas de paja o tiendas de campaña. Los habitantes vivían pobremente… En este ambiente nació y prosperó el cabildo, para luego tener la preeminencia de que gozaron en los siglos XVII y XVIII.”

Antiguo acueducto de Caracas, sobre la Quebrada Mamera (Centeno Graü, 1917)

Según Rosario Salazar Bravo, se cree que en algunas de las casas y solares de Caracas se construían acequias que recogían las aguas servidas, incorporándolas así a una cañería principal especial, cuyo trazado se desconoce, previendo que las aguas circulasen por canales separados las aguas limpias y las aguas sucias. En este sistema, el desnivel topográfico de la ciudad llegó a constituir un problema, ya que ese escurrimiento de las aguas hacia el sur inundaba algunas de las construcciones localizadas en el trayecto.

La precariedad de los sistemas de aguas blancas y sucias era un problema generalizado en Caracas, en donde a duras penas los más pudientes y acomodados tenían garantizado el suministro de aguas limpias. El territorio que hoy conocemos como Venezuela fue muy pobre en tiempos coloniales, y apenas a finales del siglo XVIII es que había vivido una época de corta y relativa prosperidad económica. Las pendientes fuertemente inclinadas del terreno y las lluvias complicaban la planificación urbana de una ciudad con pocos fondos públicos.

Otro elemento que representó El Guaire en los primeros años de la ciudad fue su visión y sensación de lejanía en los confines de los límites de la ciudad, y por lo tanto un lugar apartado y de dificultades para residir, muchos vecinos declarados muy pobres tramitaban ante el Cabildo permisos para ocupar solares en aquellos distantes parajes, esta característica de la ocupación del espacio urbano y la condición social y económica de sus ocupantes y propietarios es herencia de los tiempos de la conquista y fundación, los expedicionarios que llegaron con Losada tenían el privilegio y el derecho de ocupar no sólo los mejores lugares, sino que como una especie de jerarquización por sus méritos, tiempos de servicios, heridas de guerra y otros elementos valorativos se residenciaban gradualmente alrededor del centro de la ciudad hacia afuera, los tiempos de la consolidación colonial y toda la cultura que se generó con ella no hizo sino profundizar y complicar esta condición de propietarios, de niveles de ingresos y de su ubicación en el espacio urbano de la ciudad y en el goce y disfrute de las ventajas de los servicios públicos.

Algunos sectores, eran tan pobres y deprimidos, desde tiempos atrás, mucho tiempo anterior, ya en el siglo XVII, algunos sectores de la ciudad, relegados del casco central de la capital, moraban ya, en terrenos con topografía difícil en casuchas, despreciadas por la mayoría de los caraqueños que se asentaban en las parroquias más tradicionales; aquellos convivían en las márgenes de ríos y quebradas, con el natural peligro de tormentosas épocas lluviosas y que fueron rápidamente degradando por la falta de servicios básicos, entre ellos los ciclos del agua, su llegada y salida, el abastecimiento y disposición final. — Gerardo Rojas Benavides

El río Caroata y el Cerro de El Calvario determinaban la particular conformación del barrio contenido entre ambos, en un espacio triangular a lo largo del camino que conducía a la Vega y luego Antímano… Recordando que el núcleo urbano de Caracas se formó entre los ríos Catuche y Caroata, es fácil comprender la marginalidad del barrio San Juan… El barrio, además de marginal, era uno de los más pobres de todos… quedaba en la periferia al ser separado por el zanjón de Caroata. — Zawiska en Gerardo Rojas Benavides

En líneas generales, los arrabales eran las zonas de refugios para los pobres en Caracas. Pero también, en mucha menor medida, fueron las zonas de residencia de algunas de las familias más pudientes de Venezuela. Según Salazar Bravo, esto se debe a que la zona central no siempre era la más cómoda para las de las familias de mayores ingresos. En la periferia era posible construir casas más grandes y por eso algunas familias de abolengo, como los Ibarra, decidieron tener allí sus estancias. También era posible que estas familias tuvieran casas tanto en el centro como en las afueras de Caracas.

Los suburbios de La Guaira, extraído del libro de William Curtis en 1888, sobre las capitales de América Latina. Así era la típica vivienda varguense, muy parecida a la de Armando Reverón — considerada por algunos el arquetipo de rancho en la Venezuela de principios del siglo XX —

Ya mucho antes del siglo XX, el lugar predilecto para las casas pobres en Caracas eran los arrebales, aquellos lugares retirados con topografía abrupta e irregular; con muy escasos servicios públicos; al margen de ríos y quebradas. Estas zonas satélite de la capital, con el paso del tiempo, le dieron origen a los barrios que conocemos hoy en día, los cuales fueron mutando progresivamente. Así como la Caracas de hoy se divide en la ciudad urbanizada y la ciudad precaria de los pobres (barrios), la Caracas de antaño también se dividía en dos: la reconocida como un todo (ciudad formal) y la periférica (arrabales).

Y es que estas casitas, cuartitos, chozas o casillas se ubicaban generalmente hacia las zonas periféricas cercanas a las quebradas, en los arrabales de la carnicería de Caroata, en los confines de Santa Rosalía, o en el nuevo barrio de la Santísima Trinidad, en lugares donde la topografía era abrupta e irregular. Esto induce a suponer que pueden haber sido viviendas improvisadas, construidas posiblemente con materiales de desechos y cuya sola apariencia física obligó, en el caso de las matrículas, a darles otro tipo de denominación distinta de la palabra casa; su uso por parte de algunos solicitantes de solares parece indicar que estos pensaban que el hecho de aclarar que su pobreza solo les permitía aspirar a ese tipo de construcciones, podía servir como un recurso persuasivo ante las autoridades a la hora de otorgarles lo demandado.

(…) documentos como las matrículas parroquiales y las peticiones de solares permiten asegurar que en esa Caracas existieron viviendas de tan baja calidad y de dimensiones tan reducidas que podrían haber sido equivalentes a los hoy en día denominados ranchos. — Rosario Salazar Bravo, 2012

Adicionalmente a la particular topografía de Caracas y la extensa red de ríos y quebradas que la atraviesan, esta ciudad ha tenido una suerte de factor sorpresa-bonanza. Caracas no fue, al principio, una ciudad pensada para ser la capital de un país y su pobre arquitectura inicial es la mejor evidencia de ello. Pero las vicisitudes de la historia y el Zeitgeist de los tiempos así lo decidieron. Todos estos son detalles que, de una forma u otra, han configurado nuestra identidad urbana y la forma de relacionarnos unos con otros.

Bogotá, la capital de la hermana república de Colombia. A diferencia de Caracas, Bogotá es plana.

La Tragedia de Vargas en 1999

La Guaira y Caracas han estado estrechamente relacionadas, no solo en lo histórico, sino también en lo político-administrativo. Primero, La Guaira ha sido la puerta de entrada a Caracas; el viejo camino de La Pastora y Catia funcionaba como la salida al mar de la ciudad. Segundo, ambas ciudades conformaron el extinto Distrito Federal hasta finales del siglo XX -dividido en Departamento Libertador y Departamento Vargas-. Y también las une otro factor: los riesgos metereológicos y geológicos.

Breve resumen histórico de tragedias metereológicas en La Guaira (Guayra). La de 1951 tuvo rasgos muy similares a la de 1999.

El fenómeno ocurrido en Vargas en diciembre de 1999 tuvo importantes antecedentes históricos. Los profesores Guevara y Cartaya, de La Universidad de Carabobo señalan que: “el 15 y 17 de febrero de 1951 ocurrió en el Litoral Central un evento de 60 horas continuas de lluvia, similar al de diciembre de 1999, tanto en extensión, duración e intensidad. Se produjeron crecidas excepcionales y desbordamientos en ríos y quebradas en la siguiente forma: En la vertiente Norte: Choroní, Chuao, Maya, Limón, Chichiriviche, Uricao, Mamo, Tacagua, La Zona, Piedra Azul, Osorio, Punta de Mulatos, Macuto, El Cojo, Camurí, San Julián, Cerro Grande, Uria, Naiguatá, Anare y Los Caracas. En la vertiente sur: Catuche, Cotiza, Anauco, Gamboa, Guaire, Chacaito, Galindo, Caurimare, Pajarito, Tócome, Macavillal y Tacamahaca”. Además, existen registros que nos hacen inferir que en los siglos XVII, XVIII y XIX ocurrieron tragedias de una magnitud similar a la de 1999.

La quebrada Catuche también es recordada como un río por algunos

Las investigaciones arqueológicas demuestran que en Caracas han ocurrido eventos metereológicos similares a los que tuvieron lugar en el Estado Vargas en 1999. Lo mismo que sucedió en Vargas también puede suceder en Caracas y la mejor prueba son los grandes sedimentos de deslizamientos encontrados a lo largo y ancho de toda la ciudad. Según Centeno Werner, Singer y Muñoz reportan un evento similar ocurrido antes de la llegada de los conquistadores españoles, el cual atacó severamente el pié de la falda sur de la montaña El Ávila, generando aludes torrenciales de tipo caótico cuya “facie” distal alcanzó hasta donde hoy día se ubican las urbanizaciones La Floresta, La Carlota y la zona sur del Parque Miranda.

El posible cauce original de la Quebrada Chacaíto en Caracas (Venezuela), antes del alud torrencial que la desvió en los años 1100–1500. Representación basada en los hallazgos geológicos y arqueológicos.

En 1999, Caracas también fue afectada por las fuertes lluvias, aún cuando el impacto mayor fue sufrido por La Guaira, ubicada en el Estado Vargas. El acceso a la estación Bellas Artes de la Línea I del Metro fue bloqueado por la abrupta entrada de agua con lodo y desechos vegetales, que causaron grandes daños a los andenes y escaleras mecánicas. Cabe destacar que, la estación de metro está ubicada sobre el canal de la quebrada Anauco, la cual se desbordó en el mes de diciembre.

El río más despreciado de Caracas es el río Anauco. Que decimos río porque eso es en realidad. En las fotografías de Lessman de los años treinta tenemos el mejor testimonio de su naturaleza de cañón profundo, de su acusado meandro en torno al actual San Bernardino, de su cascada de Gamboa, de su lecho rocoso, de sus riberas pobladas de bambúes y, sobre todo, de sus puentes.Desenterremos el Anauco, viejo camino de los indios a Macuto. Quién sabe si en esta su forzosa clausura no esté la razón por la que el desafortunado Paseo Anauco nunca pasó de ser un antro triste, fracasado, fantasmagórico y sepulcral. — El Nacional, 2017

El desbordamiento de Anauco, pequeña quebrada que en otros tiempos fue uno de los 4 ríos más importantes de Caracas, no solo afectó a la estación de metro ubicada en el centro de la capital, sino también a la urbanización San Bernardino y a los más grandes rascacielos del país: las Torres de Parque Central, ubicados en el sector El Conde. A raíz de las lluvias, los sótanos de Parque Central se inundaron. Las pérdidas económicas y materiales fueron cuantiosas.

En cuanto a la urbanización San Bernardino, el lado oeste de la misma fue afectado por la crecida de la quebrada Anauco y los arrastres provenientes de la quebrada Cotiza. Muchas personas perdieron sus inmuebles y tuvieron que ser desalojadas inmediatamente del sector, en condición de damnificados. ¿Cuál habría sido la magnitud de esta crisis si las lluvias se hubieran prolongado durante varios días mas?

En caso de que ocurran nuevamente aludes torrenciales en Caracas, las urbanizaciones y sectores más afectados serían: San Bernardino, La Florida, Las Palmas, Caracas Country Club, Chacao, El Pedregal, La Castellana, Altamira, Los Palos Grandes y Los Chorros. Estos eventos son recurrentes cada cierto tiempo y tienden a repetirse en un futuro.

“Desde 1798, existen registros de inundaciones torrenciales en poblaciones ubicadas al pie de las vertientes norte y sur de la Cordillera de la Costa, tales como Caracas, Arrecife, Catia La Mar, Maiquetía y La Guaira en el estado Vargas, o Choroní y Ocumare de la Costa en el Estado Aragua, entre otras localidades, que fueron afectadas por eventos hidrológicos extremos, que han generado desastres de gran severidad, con daños proporcionados a la ocupación de las planicies de inundación o conos de explayamiento de los ríos o quebradas donde se asientan los poblados. “ — Eduardo Buroz Castillo

Estación de Metro “Bellas Artes”, centro de Caracas, 2001.

En algunos casos, como en la urbanización San Bernardino, en la vecindad de la quebrada Gamboa, se observan señales inequívocas de haber ocurrido un importante flujo de barro, con arrastre de rocas, en épocas cuando se han producido lluvias excepcionales de más de cinco días de duración. Esta observación resulta muy importante para la toma de decisiones sobre la protección de instalaciones como el Hospital de Clínicas Caracas, en cuyos sótanos se ubican equipos de diagnóstico médico de costos mil millonarios, cuya pérdida llegaría a producir consecuencias catastróficas. En menor proporción estaría el caso de las instalaciones del Centro Médico de Caracas, por ser de menor importancia el tamaño de los sótanos que podrían quedar afectados.

En la urbanización Los Chorros se produjeron importantes arrastres de arena por sus calles, llegando a quedar inundadas varias viviendas unifamiliares. No es imprudente decir que de haber durado un día más las precipitaciones pluviales, se habría llegado a producir un verdadero caos urbano en esta zona de la ciudad. — Roberto Centeno Werner, 2009

Mancha de la inundación del río Guaire en 1892. Extraído de Castillo & Ramos (2011).

Los hidrocidios

Según un trabajado publicado por investigadoras de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, podría llamarse hidrocidio al modelo de crecimiento urbano adoptado en Caracas. Es probable que no todas las medidas tomadas para intervenir urbanísticamente a Caracas hayan sido las más acertadas.

Numerosos cuerpos de agua, lagunas, pantanos, ciénagas, quebradas y ríos han desaparecido o transformados de la topografía de la ciudad a lo largo de su historia, que representaron verdaderos hidrocidios; debido al modelo de crecimiento urbano adoptado y a las medidas de saneamiento ambiental erradas, cuando pudieron haber permanecido en el tiempo, muchos de ellos, para disponer actualmente de lugares para el esparcimiento, el ocio y la exhibición de fauna y flora autóctonas. Este fue el caso de la antigua Laguna de Catia. — Barrientos, Y., Rojas, M., Rodríguez, L., Méndez, W. & Iztúriz, A. (2009). Vulnerabilidad Urbana Vinculada con los Cursos de Agua y Lagunas de Caracas: Estudio de Caso Laguna de Catia. Caracas: UPEL.

La quebrada Caroata en Caracas, la cual pasa por el casco central de la ciudad y se origina en Catia. La quebrada cruza casi toda la urbanización El Silencio. Fotografía de Erika Ordosgoitti, quien también hace de modelo.

La quebrada Caroata, la cual podemos ver en la fotografía de la artista Ordosgoitti, era el principal afluente alimentador de la Laguna de Catia. A lo largo de su trayectoria, Caroata atraviesa la Parroquia Catia, el casco central de Caracas y desemboca en el río Guaire frente a El Paraíso. La red de drenaje está constituida por numerosos puntos, entre los cuales destacan: Agua Salud, Cútira, Agua Salada, Los Totumos, El Polvorín, Quita Calzón, El Teque, Las Tinajitas y otros. Según los registros históricos, área adyacente a la Laguna de Catia, en donde hoy existe un centro comercial, se desbordó e inundó en varias oportunidades: 1624, 1773, 1781, 1847, 1848, 1878, 1932, 2005, etcétera.

Beatriz López, investigadora de la Fundación La Salle en Caracas, cuenta que los cangrejos de las quebradas de Caracas se han aislado de las mismas, debido al crecimiento urbano de la ciudad y de la contaminación que han sufrido. No nos debe extrañar, viendo el entorno de insalubridad que rodea a muchos de los barrios en Caracas, asentados en los alrededores de estos cursos de agua. Hasta hace unas décadas, todavía era común ver cangrejos en los alrededores de nuestros ríos y quebradas, incluyendo al Guaire. Hoy en día es una rareza.

Reflexiones finales

Caracas es una ciudad que ha crecido en habitantes. El sistema de drenajes de la ciudad, no solo debe ser atendido y mantenido, también debe ser ampliado y modernizado, con el fin de darle respuesta a las crecientes necesidades de la población. La planificación preventiva es lo que nos permitirá sobrevivir, en caso de una tragedia.

En caso de una inundación, todas las obras de arte de la Galería de Arte Nacional están en peligro, tragedia que no deja de ser posible si consideramos el historial de torrentes aluviales en Caracas. Aunque el arquitecto Carlos Gómez de Llarena, autor del proyecto de la GAN, tomó todas las prevenciones posibles para evitar la entrada de agua a las instalaciones del museo, lo cierto es que esta de todas formas ingresaría en un evento verdaderamente catastrófico.

La falta de planificación urbana para la prevención de desastres nos sugiere que los venezolanos no hemos aprendido la lección. Como dijo Oscar Yanes después de la Tragedia de Vargas en 1999: “En las últimas cinco grandes inundaciones que hemos tenido en el país, las zonas afectadas han sido las mismas, las causas las mismas, la reacción venezolana, la misma y los proyectos para evitarlas en el futuro, los mismos.”

Notas:

  1. El terremoto del 29 de octubre de 1900 en Venezuela también estuvo acompañado de un tsunami — uno de los pocos terremotos locales con olas tsunami asociadas -. Este tsunami inundó las áreas bajas costeras del litoral de Barlovento y afectó las costas del estado Anzoátegui.
  2. La ocurrencia de olas de tsunami en la costa oriental venezolana luego de 5 sismos (1530, 1853, 1900, 1929 y 1997), ha sido confirmada a través de la búsqueda y evaluación de fuentes primarias. Pero este es, por supuesto, un problema que afecta más a Sucre que Caracas.
  3. La quebrada Maripérez en Caracas le rinde honor a una de las víctimas del terremoto de 1641: la benefactora María Pérez.
  4. El abuelo de Carolina Jaimes Branger, el ingeniero Don Melchor Centeno Graü, predijo que el terremoto de 1967 ocurriría en 1968. No estuvo tan equivocado, si tomamos en cuenta que el terremoto ocurrió en julio de 1967.
  5. Cuenta Oscar Yanes que dos de las inundaciones más importantes vividas en Venezuela coinciden en varios aspectos: vivíamos épocas electorales y los periódicos clamaron por la unidad nacional para hacer frente a la catástrofe, según Oscar Yanes. La más trascendental de todas ellas, por el efecto que tuvo para el desarrollo del país, aunque usted no lo crea, fue la crecida del río Guaire en 1892, cuando entraron las tropas de Joaquín Crespo a Caracas. El Guaire salió de su cauce y las aguas llegaron por el norte donde hoy está la iglesia de Santa Teresa. Dicen los cronistas que Caracas se convirtió en un lago.
  6. La tarde del 29 de Noviembre de 1939, a consecuencia del desbordamiento de varias quebradas en Maiquetía, fueron destruidas más de 150 casas. Murieron decenas de personas en las mismas zonas castigadas ahora en el litoral, y en Caracas los derrumbes acabaron con media Roca Tarpeya, en Puente Hierro al sur de la capital. Barlovento quedó aislado y los primeros recursos le llegaron en un barco de guerra. Otras zonas afectadas fueron Valencia, Acarigua, Barquisimeto, San Juan de los Morros y Calabozo.
  7. La Urbanización Los Palos Grandes en Caracas le debe su nombre a dos árboles mijaos (Anacardium excelsum) que se encontraban a la izquierda luego de pasar el pueblo de Chacao, en la vía a Petare. En los tiempos de antaño, fueron trinchera de guerra y guarida de ladrones (Landaeta Rosales & Rafael Valery).
  8. Cuando el Guaire se desbordó en 1949, más de 80 saqueadores fueron apresados. Los mayores actos vandálicos se registraron en el Paraíso. Los famosos toreros Luis Miguel Dominguín y Antonio Bienvenida estaban en Caracas y torearon apenas dejó de llover.
  9. En la creciente del Guaire en 1951, resultó destruida la carretera de La Guaira y parcialmente la vía férrea. La Junta de Gobierno, con Suárez Flamerich a la cabeza, se salvó de milagro del incidente. En el sector El Paují, en la vieja carretera, se derrumbó el cerro pocos segundos antes de pasar Marcos Pérez Jiménez y Llovera Páez. Casi no se salvan, según Oscar Yanes.
  10. Los ranchos de Caracas, a diferencia de los de Río de Janeiro, están construidos sobre terreno arenoso y lacustre y no sobre roca sólida. En caso de un terremoto, la tragedia podría ser de muy grandes magnitudes, especialmente si tomamos en consideración que estos ranchos ahora son de varios pisos y plantas.
  11. Según Páez Pumar, La Carlota no debería dejar de ser un aeropuerto, pues en caso de que los accesos a Caracas se tranquen, en caso de una tragedia, la vía aérea sería la única alternativa para darle asistencia a la población. Carlos Gómez de Llarena está de acuerdo con Páez Pumar.
  12. El sistema de distribución de agua en Caracas es atravesado por 3 fallas geológicas. En caso de un terremoto de gran magnitud, como el de 1812, mucho más fuerte que el de 1967, la ciudad podría quedar sin suministro de agua potable durante varios días.
  13. Caracas, además de ríos, quebradas y lagos, también tenía importantes lagunas y siénagas. La Laguna de Boleíta, la Laguna de Catia, la Laguna del Paraíso y La Hoyada de San Lázaro (siénaga) eran algunas de ellas.
  14. En 1999, el edificio Villasmil fue uno de los inundados en La Candelaria, urbanización del centro de Caracas.
  15. Además del alud torrencial que desvió la quebrada Chacaíto, existen evidencias geológicas que demuestran que los cauces del río Guaire y la quebrada La Julia también fueron desviados por aludes. Este material reposa en el Instituto Cartográfico Simón Bolívar, en el inconcluso Palacio de Justicia, ubicado en el centro de Caracas.
  16. Los sedimentos de origen lacustre (lago) que existen en el terreno de la Zona Rental de la Universidad Central de Venezuela, en Sabana Grande, se formaron a partir de las lagunas creadas por la obturación del río Guaire cuando se produjo un alud en la Quebrada La Julia. Desde Petare hasta la Urbanización El Paraíso, el alud generó varias lagunas.
  17. El cauce del río Guaire tiene una edad algo superior a los ochocientos años, por cuanto las muestras de limo de color gris negruzco obtenidas de a ocho metros de profundidad en la excavación de la estación Parque Central de la Línea 4 del Metro de Caracas, fueron datadas con carbono 14, a solicitud del Ingeniero Roberto Centeno Werner.
  18. Según Roberto Centeno Werner (2009): “los aludes torrenciales provenientes de la falda sur del Cerro del Ávila han represado las aguas de varios ríos y quebradas cuya naciente se ubica en el referido cero y corren hacia al sur de Caracas para desembocar en el río Guiare. Los referidos represamientos han generado depósitos de origen lacustre en varias zonas de la ciudad en la vecindad de los paleocauces del río Guaire, los cuales han divagado desde la actual posición de la avenida Libertador de Caracas hasta el sitio donde hoy se ubica el cauce del río al sur del parque Los Caobos. La composición mineralógica de las muestras de limo de color negro, encontrados en más de cincuenta taladros exploratorios ejecutados por distintas empresas para el proyecto de las líneas I y 4 del Metro de Caracas y otros reportados por Ingeniería de Suelos S A en el libro “El Subsuelo de Caracas”; indican que se trata de depósitos de origen fluvial idénticos a los que se encuentran en las actuales riberas del río Guaire. El más conocido de estos depósitos es el que se ubica en la Zona Rental de la Universidad Central de Venezuela en la Plaza Venezuela.”

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Autor: Vicente Quintero Príncipe @vicenquintero

Vicente Quintero es analista cultural y político. Licenciado en Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Caracas, con énfasis en la politología. También estudió, durante 1 año, Lengua y Cultura Rusa en el Instituto de Estudios Internacionales ИМОП de la Universidad Politécnica Estatal de San Petersburgo (Rusia). Cursa actualmente una maestría en Gobierno y Políticas Públicas. También cursa estudios especializados de Teología avalados por el Patriarcado de Moscú y de todas las Rusias, máximo representante institucional de la Iglesia Ortodoxa en Rusia y su eje de influencia. Quintero ha sido intérprete-traductor y asesor político de periodistas y empresarios extranjeros en Venezuela. Quintero es columnista de El Nacional Web (Venezuela), Ideas en Libertad, Cultura Colectiva (México), The Global World (España), WTC Radio (Venezuela), ProEconomia, Alternos (Venezuela), American Herald Tribune (Estados Unidos) y La Trenza (México).

Sus artículos también han sido publicados por Entorno Inteligente (Venezuela), Maduradas (Venezuela), Enlace Judío y Иносми — Россия Сегодня (Rusia). En el año 2018, ha tenido la oportunidad de presentar sus obras de arte en el Museo Alejandro Otero (Fundación de los Museos Nacionales de Venezuela). A través del arte, Quintero expresa la realidad política y económica del mundo. Quintero habla cuatro idiomas: español, inglés, ruso y alemán. Quintero ha dado entrevistas para la BBC, Россия 24, Izvestia, WTC Venezuela y otros medios nacionales e internacionales. Quintero además ha aprobado la mitad de los créditos de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Metropolitana de Caracas, lo que le ha permitido desarrollar inteligencia emocional.Sus artículos también han sido publicados por Entorno Inteligente (Venezuela), Maduradas (Venezuela), Enlace Judío y Иносми — Россия Сегодня (Rusia). En el año 2018, ha tenido la oportunidad de presentar sus obras de arte en el Museo Alejandro Otero (Fundación de los Museos Nacionales de Venezuela). A través del arte, Quintero expresa la realidad política y económica del mundo. Quintero habla cuatro idiomas: español, inglés, ruso y alemán. Quintero ha dado entrevistas para la BBC, Россия 24, Izvestia, WTC Venezuela y otros medios nacionales e internacionales. Quintero además ha aprobado la mitad de los créditos de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Metropolitana de Caracas, lo que le ha permitido desarrollar inteligencia emocional.

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