El laberinto de la nostalgia: ciudad, patria y nación
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La nostalgia enmudece el presente y nos hace caminar en círculos. Ella es el grito estentóreo de ese pasado que no se olvida y sigue manifestándose a través de canciones de despecho y tertulias melancólicas que evitan que sigamos adelante al anclarnos al pasado. De ese pasado que, aunque distante, sigue estando paradójicamente tan cerca de nosotros. Dos palabras alemanas sin traducción exacta en castellano nos servirían para darle más tonalidad a tal complejo sentimiento: Zeitgeist (espíritu del tiempo) y Sehnsucht (anhelo hacia algo que resulta difícil de describir). ¿Y acaso la humanidad no ha tenido que aprender de los grados de nostalgia del pueblo alemán a través de la historia?
Aunque etimológicamente el término tiene su origen en dos palabras griegas que hacen alusión al retorno y al dolor, la nostalgia era originalmente entendida como el dolor que producía el deseo de retornar a la patria. Aunque la noción de lo nostálgico es mucho más amplia hoy en día, sigue existiendo un interesante vínculo entre ambos conceptos. No solo porque la patria es algo que se lleva en el corazón y es elemento de la identidad, sino por los frutos y cosechas de la guerra, un fenómeno constante a lo largo de la historia. Son escasas, por no decir prácticamente inexistentes, las comunidades político-administrativas que no han visto cambiar sus fronteras a lo largo del tiempo. Y pensemos por un momento en las heridas, todavía por sanar, de Paraguay.
La nostalgia está acordonada tanto al deseo como al recuerdo. ¿Pero qué tipo de recuerdo? Porque es que no siempre produce nostalgia aquello que el sujeto recuerda de sus vivencias personales; hay una memoria colectiva que también la genera. Se tiene un aprecio especial por un pasado que es percibido como ideal, o por lo menos, más favorable. La industria cultural también puede incentivar la nostalgia en el sujeto. Nostalgia que hace idealizar el recuerdo de un pasado cada vez más lejano y le resta espacio a la visualización de un futuro mejor, en tanto se piensa más en el ayer que en el mañana.
Y es que la memoria es un archivo que se transforma a lo largo de la vida. La historia depende del tiempo, el contexto, la escritura, lo tangible, y sobre todo, la memoria. Se reconstruye el hecho a partir de los grados de accesibilidad a la memoria. No recordamos…